Hacía años que no sabía nada de Marrón. Después de varias tragedias amorosas mi viejo amor de otoño quedó en el olvido; no por que así lo deseara, sucedió que algunos meses después de haber salido juntos le rompí el corazón...
Definitivamente no quiso volver a verme, así que se comprometió con una chica rusa, llamada Nadenka.
Lo último que supe de el, era que Nadenka había sido su novia durante los últimos 3 años. No estaba familiarizada completamente (por obvias razones) con su vida actual; si bien siempre tuve en la mente preguntas como ¿qué habrá hecho de su vida?, ¿se acordará de mi? o ¿qué pasaría si volviera a encontrarme?, no tenía ni la más remota idea de lo que había sucedido con él.
Pero, esa noche en medio del silencio estremecedor de la abismal oscuridad que dejaban entrever las cortinas del delicado velo blanco desperté sobresaltada. Escuché su voz llamar por lo bajo, a penas audible. No era real; sin más lo que fue por segundos algo tan verosímil se volvió una emoción similar a la que se obtiene luego de un sueño bastante nítido: con una sensación de vacío e intriga.
Las próximas tres noches estuvieron llenas de su aroma y el roce de su piel que jamás probé, la humedad de sus labios que en su momento se hundían en los míos. Imaginé dentro de esos sueños sus ágiles manos rodeando mi cintura bajando a mis caderas. ¿No era algo enfermo pensar en su cuerpo aún sin haber estado con él antes?, no importaba, de cualquier forma no esperaba verlo de nuevo.
Lo único que se me ocurrió para contrarrestar esos sentimientos (si así podía llamarles) fue escribir lo siguiente:
Querido Marrón
Aunque conozco tu nombre, he evitado mencionarlo por miedo a que mi corazón te reconozca como su irrevocable complemento. Es decir, mi nombre significa protección y el tuyo una especie de fortaleza. ¿cómo podría protegerme de tus ojos que me atraviesan como lanzas, desangrando mi razón?
He querido tan solo olvidar tu aroma, evitar tus ojos que veo en sueños, te odio por eso.
Te veo a diario con tu deliberada sonrisa y pienso en correr a ti. ¿te gustaría que lo hiciera?
------
Al terminar de escribir, regresé a la cama. Al parecer escribir siempre funcionaba, los siguientes días fueron tranquilos. Casi olvidé por completo lo que había pasado semanas atrás.
Aquella tarde de agosto, salí a caminar sola como de costumbre, como cada viernes.
Disfruté ver la brisa juguetear con el cabello de otros, saboreé en mi mente una bola de helado de vainilla pues en aquella ocasión me encontraba resfriada.
Continué por la acera observando el verdor de aquel parque ubicado en una de las zonas más transitadas de la cuidad. En él permanecían jardines nacientes de flores moradas, amarillas y rojas. Además en el centro se encontraba un reloj de piedra en donde me gustaba sentarme a fumar uno o dos cigarrillos de vez en vez.
Al entrar en calor con el entrono y movida por la paz y el placer del momento cerré los ojos echando hacia atrás la cabeza y entonces lo escuché. Me paralicé.
-¿Anna?
Aquella voz era inconfundible, y me tomó por sorpresa, tanto que el cigarillo resbaló de mis dedos, callendo en un zapato. Él rió complacido.
Aleezzcloworld
Las cosas vistas desde fuera, son simplemente hechas para no ser tocadas...
22 de diciembre de 2019
11 de junio de 2018
De aquí a Orión ida y vuelta - Mi vicio (Parte 2)
Elegí por convicción propia la misma
carrera, me apasionaba el arte, la fotografía, la pintura y las personas raras;
no me desagradaba la idea de dedicar mi vida a algo que fuera diferente a las
ciencias exactas que constantemente estudiaba en el bachiller.
El horario que se me asignó comenzaba a
primera hora de la siguiente semana. Iniciaría la primera clase a las siente en
punto de la mañana, tendría que levantarme muy de mañana para poder preparar
todo.
Recuerdo que aquella primera semana
difícil no vi en absoluto a mi mejor
amigo. Fue hasta la segunda, en la cual le vi entrar con un bote lleno de
pinceles y un gran lienzo al cuarto de serigrafía, <<Fui tras el>>.
Cabe mencionar que aún en esos momentos,
me negaba a aceptar que Dennis me interesaba de alguna manera distinta a la
amistad, pues si comenzaba a pensar en decírselo, me acobardaba igual que un
animal que corre a una madriguera.
Me deslumbro su talento una vez más, pues
pintaba un enorme lienzo que parecía algún tipo de escenografía que ocuparían
para quizás un musical. Por la pequeña abertura de la puerta, lo vi trazar con
varios pinceles, los contornos de algunos montículos y un horizonte que
terminaba en un lejano espacio ilusorio. Decidí entrar a saludarlo.
-Denn <<Dije mientras abría la
puerta>>
-¡Nurmi!,
¿Por qué tan guapa?
<<Me sonrojé un poco>>
-¿Guapa dijiste? ¡Vine de lo más pandrosa!
-Tu ya eres bonita pequeña…
<<Ese fue el primer intento de
coqueteo que vi en él, desde el tiempo que llevaba de conocerlo. Espera, dije…
¿coqueteo? ¿Era real? ¡Al parecer si!>>
Tal vez lo interpreté mal, pero aquello
hizo que mi ser generara alguna sustancia que me hizo sentir de lo más alegre.
A Dennis, le parecía linda.
Él me decía Nurmi de cariño, lo cual hacía
referencia a un viejo apodo que yo misma me asigné y me encargué de implantar
en la mente de mis conocidos, en el bachiller. Era el apellido de una famosa
cantante y tecladista alemana, perteneciente a un grupo de metal sinfónico
llamado Lacrimosa. A mi me encantaba ese género, aunque parecía ser la única en
toda la población estudiantil que no gustaba de productos mediáticos como el
reggaetón.
Como era de esperarse, y era algo más en
común con Denn, a el también le encantaba Lacrimosa y sabía de mi agrado por
ese proyecto, así de que cariño me llamaba por el apellido de Anne Nurmi, solo
Nurmi,yo era: Anna-Nurmi. Me gustó y pronto todos me llamaban así, hasta que
ingresé en aquel tiempo a la universidad.
Cuando había entrado a saludar, no me
había percatado de la presencia de una tercera persona, una chica de piel muy blanca
y cabello castaño claro, de estatura media <<Unos 156 cm
aproximadamente).
- ¡Es cierto! Nur, te presento a Brenda.
- Bren, ella es Nur… Anna.
Me di cuenta de que había sido un tanto
maleducada al ignorarla, así que me acerqué y esbocé un saludo cortés. La chica
se sintió un tanto incómoda, así que se disculpó y salió del aula.
-No te había contado <<Dijo el con
una gran sonrisa>> Ella es la chica que me gusta, estoy intentando
acercarme a ella. <<Sentí una punzada en el estómago. Creo que aquello quebrantó
mis expectativas si es que en algún momento tuve alguna intención de aceptar
que el me gustaba.>>
Estábamos experimentando ambos, algún tipo
de disonancia cognitiva ya que, con frecuencia, Dennis me abrazaba. Me
acompañaba a casa, me obsequiaba retratos hechos por él, me hacía sentir
especial. Había incluido entre mis contactos frecuentes, su número. De modo que
todas las tardes pasábamos varias horas conversando por celular.
Las vacaciones del primer periodo
semestral no se hacían esperar. Para aquel entonces Dennis y yo nos
encontrábamos cerca más tiempo de lo normal.
Fue un 4 de Enero de 2012, en que
asistimos juntos a una exposición fotográfica, en el museo estatal. Al terminar
de observar el trabajo del artista, fuimos a tomar un café aun lugar retro
llamado Young-Young.
Young-Young, era mi café favorito y el lo
sabía.
La conversación básicamente se centró en
la exposición que acabábamos de ver. Hasta que todo dio un giro enorme…
-He querido platicar contigo desde hace
tiempo Anna, pero no encuentro el momento adecuado, y ciertamente tengo temor a
tu reacción.
-¿Todo está bien Denn?
-No… bueno si, y no. Sucede que no me
siento cómodo con esto…
<<No entendí a que se refería, pero
mi mente fabricó varias ideas, lo primero que arrojó mi traicionero río de
cogniciones fue el salir juntos mientras el pretendía a Brenda, quizá ella
podría rechazar su solicitud si lo veía conmigo. Era lo más lógico, me estaba
preparando para responderle algo que tuviera que ver con guardar una
considerable distancia, o hacerme amiga de ella, para poder tener su confianza,
aunque pensándolo mejor, hacía varios meses que no hablaba de ella, aún cuando
le preguntaba, el cambiaba rápidamente el tema.>>
-Me gustas mucho Nur, necesitaba
decírtelo, tenía mucho temor a tu reacción, pero considero que mereces saberlo.
Sé que eres mi mejor amiga, y no se si alguna vez ha sentido lo mismo, sin
embargo, de no ser así, me gustaría que nada cambiara, pues no quiero perderte
como amiga, como algo de las pocas cosas que en mi vida valen la pena de
verdad…
<<Obviamente quedé petrificada,
sentía mucha adrenalina, nervios y confusión ¿Qué sucedió con Brenda? Sentí que
transcurrieron aproximadamente 5 minutos, en lo que pensaba que responderle,
era mi sueño hecho realidad, después de tantas dudas, Dennis sentía lo mismo
que yo.
Sentí un calor en las mejillas, comencé a
carraspear.
-Denn, también me gustas. <<Dije
mirándolo a los ojos, y con cara de tonta>> Nunca imaginé que sintieras
lo mismo que yo. La realidad es que siempre tuve miedo de decirlo, de que la
amistad se dañara. Cuando conocí a Brenda…
-Brenda es pasado
<<Interrumpió>>, lo supe en el momento en que las presenté, sentí
algo extraño, fue como hacer un contraste entre alguien que me atraía
físicamente, y alguien que me atrae física, intelectual y emocionalmente; por
que eso eres Nur, eres atracción física e intelectual, perfecta; y nunca lo
acepté por cobardía a afrontar el decírtelo frente a frente. Me gustaría
intentar algo serio, duradero, e imperfecto, pero sano.
- También a mi. <<No fui capáz de
articular más palabras, por el contrario solo recibí en los labios un beso con
aroma a manzana-canela por el té que bebía. Desde ese entonces, se volvió mi
esencia favorita.
Al salir de aquel lugar, se hicieron
presentes las luces de la ciudad, en un contexto casi mágico. Eran similares a
una constelación. El cielo también se encontraba estrellado.
-¿Sabes? Mi constelación favorita es Orión
-Por qué?
-Por que las cosas más extrañas han
sucedido en torno a ella… las pirámides de todo el mundo han sido alineadas a
orión. ¿No te parece interesante?
-Bastante…
-Además tiene una forma minimalista,
aunque se encuentra a 1,344 millones de años luz de la tierra.
-¡Wow!
- Y de ida y vuelta a orión es justo la
medida de mi amor por ti Nur…
29 de mayo de 2018
De aquí a Orión ida y vuelta - Mi vicio (Parte 1)
“Quiéreme al cielo de ida y vuelta y mucho más, que no nos
baste el tiempo y que nos haga falta vida para amar…” Quiéreme – Stefano Vieni
Más valía correr por mi vida, más valía
salir de ese lugar antes de que el caos terminara de derrumbar el único rasgo
de nuestra esencia, de nuestro corazón, de nuestro espíritu.
Recuerdo perfectamente el final de la
preparatoria y toda mi carrera universitaria; la recuerdo por que fue por
Dennis que decidí permanecer en ese lugar, un lugar al que quizás no pertenecía
del todo, pero que me hacía sentir bien, y en paz, mientras estaba el.
Tenía 17 años, asistía a uno de los
Bachilleratos con más demanda del estado, una escuela prodigio, que se
caracterizaba por el aspecto diligente de la mayoría de los estudiantes, los
demás éramos tan solo aprendices con notas promedio, demasiado comunes.
Conocía a la mayoría de los compañeros de
la generación; ciertamente me agradaba socializar, reír, y el taller de artes.
Fue en ese lugar que me hice amiga de un
grupo de chicos más grandes, cuyo objetivo temporal era formar un grupo musical
adolescente, -típico de algunos preparatorianos con algún tipo de instrucción
musical- asistíamos a algunos eventos de la escuela y entonábamos canciones que
sonaban como una moda entre las masas jóvenes. Yo, Anna, era la afortunada
vocalista; practicábamos en mi casa, hasta que el tecladista concluyó sus
estudios en el bachiller y entonces sucedió…
Ángel, era el líder de la banda, y tocaba
guitarra eléctrica, Daniel, guitarra acústica, Abiram batería y Paola en coros.
Nuestro Tecladista, Víctor se mudaría a otra ciudad para ingresar en la
universidad. La ingeniería que eligió hizo imposible que continuara con
nosotros y por supuesto, nuestra ingenua y efímera meta, era darnos a conocer,
divertirnos, disfrutar de la música.
Al saber esto, Ángel reparó de inmediato
en buscar un reemplazo, nos habló de un tal Dennis, y comentó que era un músico
excelente, estudiado y responsable, con un carisma abrumador.
La referencia que nos dio, creó en mi una
expectativa muy alta, si el lo decía, debía ser cierto y más que eso. Sentí
algo extraño, fue como si el chico nuevo, no pudiera ser tan perfecto como lo
describían, como si tan solo con hablar de él, hubiera generado en mi alguna
clase de simpatía, sin conocerle. <<Quizá fue ese el problema>> Así
que me di a la tarea de buscar su nombre en redes sociales, hasta que di con
algunas fotos.
Dennis Cuevas, no era el típico galán de
telenovela, fornido e increíblemente guapo, sin embargo, tenía un rostro cuyas
cejas pobladas enmarcaban unos ojos marrón bastante atractivos y enigmáticos.
Su tez, morena clara, me recordó al color
de la leche con un poco de café que tomaba por las mañanas y sus labios,
gruesos con un lunar en la comisura izquierda me hicieron pensar, <<por
geometrización facial>> en una persona apasionada, mientras que su estilo
algo bohemio me agradó al instante.
La primera foto que observé a
detenimiento, fue en conjunto con una guitarra en una especie de habitación que
mostraba algunas corcheas en la pared; un fondo monocromático pero bastante
artístico. Luego de ver algunas otras fotos descubrí que era nada menos que su
habitación. Me sentí una loca, ¿Por qué me inquietó tanto? Nunca lo supe. Más
tarde dejé de stalkearlo y volví a
mis actividades normales.
Fue un 20 de Agosto de 2011, como cada
sábado el ensayo comenzaba en punto de las cinco de la tarde y aquel día
conoceríamos por fin al nuevo integrante de nuestra “VikBand” <<Nombre
oficial de la banda>>.
Al sonar el timbre de la casa, bajé las
escaleras a toda prisa para abrir la puerta. Ángel, cargaba un montón de
cosas, entre micrófonos, un estuche de platillos para la batería y muchos
cables, me resolví a ayudarlo.
-No te molestes pequeña, déjanos a los
hombres el trabajo… <<Dijo alguien cuya voz no reconocí, mientras cerraba
la puerta del copiloto en el auto de Ángel, con una enorme sonrisa y unas
gafas oscuras. Volví el rostro y así lo miré, se trataba de aquel chico, de
Dennis>>.
-¿Seguro?, ¿Puedo ayudarles en algo más?
-Descuida <<Dijo mientras cargaba la
funda de un teclado en una mano, y en otra ayudaba a Ángel con el estuche de
los platillos, se quitó las gafas>> -Mucho gusto, me llamo Dennis, y este
es mi primer ensayo, me alegra mucho poder formar parte de la banda, pienso que
podremos ser un gran equipo.
<<No estoy segura, de mi expresión
en ese momento, pero sé que casi ningún chico de nuestra edad se expresaba así,
su forma tan segura de presentarse, y sus kinés me hicieron de inmediato sentirme
intimidada>>
-Anna, mucho gusto, adelante por favor
<<Dije mientras esbozaba una sonrisa sincera, y abría la puerta más de lo
necesario. Su aura era bastante agradable, parecía una persona muy amable
además.>>
- Parece que ya se presentaron, bueno
Anna, pues el es Denn, hagámoslo sentir en familia. Hermano,
<<Dirigiéndose a él>> cualquier cosa que necesites puedes
preguntarnos, los chavos no tardan en
llegar, el ensayo es en el garaje, ¿Por qué no lo llevas Anna? Mientras, bajaré
del auto mi guitarra.
-¡Claro!, vamos Dennis. <<La
habitación en la que ensayábamos, no era muy grande, tampoco demasiado pequeña,
sin embargo, era perfecta para el objetivo>>.
Al entrar, Denn colocó su guitarra en el
sofá y salió a toda prisa, a los pocos minutos regresaron ambos con más
artefactos. De inmediato conectaron sus instrumentos y comenzaron a probar el
sonido.
Los minutos transcurrían y los demás no
llegaban, pasó media hora y se escucho el celular de Ángel, salió a atender
su llamada.
En ese momento, Dennis dejó de tocar el
teclado, para tomar la guitarra de Ángel, comenzó a improvisar de una manera
tan agradable al oído, que no pude evitar desviar mi atención del celular a su
persona.
-Tocas increíble Denn, ¡En verdad suena
muy bien!
-Gracias pequeña, a decir verdad llevo
unos meses tocando, y esta hermosura <<Dijo mientras acariciaba la
guitarra>> captó mi atención.
-¿Y también tienes guitarra?
-Si, aunque me agrada más el piano, me
parece más romántico…
Me sentía nerviosa, después de algunos
meses, había quedado con Dennis para ir a tomar algunas fotos por la ciudad.
Existía una química que nunca antes sentí con nadie, resultaba ser que teníamos
demasiado en común.
Siempre me incliné por el arte, la
fotografía, la literatura, la música, el canto, el bosque, el metal, el jazz…
pero conocer a alguien que pareciera un reflejo de tus gustos, no sucedía todos
los días. Era algo bizarro, pero me agradaba.
Jamás le había dado a Dennis alguna señal
que connotara una intención adicional a una amistad sincera, sin embargo, las
personas siempre solían sentirse excluidas cuando conversábamos. Siempre era
algo profundo, siempre me sentí sin máscaras, siempre fui yo misma. Uno que
otro amigo, nos dijo algunas veces que seríamos buena pareja, a lo que ambos
respondíamos con un: ¡JAMÁS, ES MI MEJOR AMIGO/A! <<Aunque eso era una
farsa>>
Aquel día, hice una foto de el en un
mirador, desde el cual se apreciaba toda la ciudad; vi a lo lejos los autos
diminutos, y el viento tan característico, de aquel lugar me obsequió un
paisaje formidable, ¡Que fortuna que aquella imagen haya sido capturada por mi
cámara!
El también hizo un retrato de mí, en los
viejos arcos, de una avenida histórica, sentíamos admiración mutua, pues
consideramos que teníamos mucho que aprender de uno del otro, y era genuino…
Durante un tiempo, fuimos juntos a museos,
y lo acompañé a pintar algunos murales, amaba su talento en la pintura, algo
que no se me daba, pero como admiraba.
El tiempo pasaba, hasta que nos alejamos
un poco, debido a que la banda se deshizo. Para ser exactos seis meses después
de aquella última salida, nos encontramos en una calle rumbo a casa,
<<cabe mencionar que vivíamos en colonias vecinas>>me sentí como al
principio me dio mucho gusto verle, y acordamos volver a frecuentarnos. Aunque
había algo diferente en el… tenía un aspecto desmejorado, y algo desaliñado.
-¿Te encuentras bien Denn?
<<Pregunté con genuina preocupación>>
-Si, pequeña descuida, solo me siento un
poco desvelado.
-Si, te entiendo, en mi caso, son mis
exámenes finales; después de esto al fin diré adiós a la horrible etapa del
bachiller.
-¿Y a donde irás la universidad?
-¿Te soy honesta? No sé que hacer con mi
vida Denn, tengo miedo de tomar otra mala decisión e inclinarme por algo que no
me gusta, todo es tan confuso… <<Los días anteriores había estado algo
distraída, y melancólica; me causaba cierta nostalgia el hecho de crecer pero también deseaba finalmente
estudiar algo que me apasionara.
Dennis era dos años mayor que yo, y me encantaba verlo hacer lo que amaba, el nació para el arte y se estaba formando como diseñador en un instituto de paga, al cual asistían personas de clase alta alta y media alta. Me recomendó aquel lugar al que por cierto asistí a pedir informes una semana después. Me sorprendió mucho el ambiente, me encontré con personas extrañas que parecían amar lo que hacían; caminando por la acera de ese enorme lugar lleno de árboles enormes a su alrededor que daban un aspecto de verdor a aquella institución educativa. Aún no lo sabía, pero pasaría ahí cuatro años de mi vida, sin poder concentrarme en otra cosa que no fuera Él...
Dennis era dos años mayor que yo, y me encantaba verlo hacer lo que amaba, el nació para el arte y se estaba formando como diseñador en un instituto de paga, al cual asistían personas de clase alta alta y media alta. Me recomendó aquel lugar al que por cierto asistí a pedir informes una semana después. Me sorprendió mucho el ambiente, me encontré con personas extrañas que parecían amar lo que hacían; caminando por la acera de ese enorme lugar lleno de árboles enormes a su alrededor que daban un aspecto de verdor a aquella institución educativa. Aún no lo sabía, pero pasaría ahí cuatro años de mi vida, sin poder concentrarme en otra cosa que no fuera Él...
4 de abril de 2016
El primer día del resto de mi vida
Desperté al rededor de las cinco y media de la mañana con un sobre salto y un escalofrío; pues la manta que me cubría yacía en en suelo y la madrugada era fría a pesar de que era primavera.
Lo peor no era eso, mi nuevo empleo me absorbía por completo al grado de no tener tiempo de ver a mis amigos, quienes sabían de mi profundo
Quizá, después de todo, era yo quien lo percibía así.
Apenas la noche anterior te envié aquella carta que quizá nunca leas; después de todo esa era mi última despedida para ti.
Aunque no podía creerlo, estar lejos de ti (a pesar de ser la mejor decisión que habíamos tomado en mucho tiempo) me resultaba asfixiante por que aún cuando por momentos me hacías enojar, me había acostumbrado a ti: a tus vasos de agua matutinos, a tus malas comidas, tus horas de sueño al aroma de tu perfume, a tus mensajes de buenas noches y hasta a tus desplantes.
Por mucho tiempo me sentí culpable como si el peso de aquel lazo roto cayera sobre mí.
Esta vez fue distinto, no llamaste para retractarte, no enviaste más mensajes; dijiste que mejor era continuar con nuestras vidas y honestamente me era difícil acostumbrarme a un mundo en el que no existía Dennis.
Me ahogaba en lágrimas por las noches y mi ansiedad me hacía pensar en llamarte e ir corriendo hacia ti.
Comprendí que aquel era un tiempo en que ambos debíamos crecer. Yo te amaba, y te amaría hasta que pudiera cerrar del todo aquel capítulo de mi vida, aquel oscuro ciclo.
Cada noche pedía por ti, amado Dennis, para que fueras iluminado, y así lo haría hasta que estuviera segura que de ambos habíamos sanado. Hasta que no me dolieras más.
Debía arreglarmelas para deshacerme (por las buenas) de todas las cosas que aún conservaba de ti...
Conservaba tu única chaqueta para los tiempos de frío; aquella que no quise devolverte por pensar que la compartiríamos (...) (ya sé que suena estúpido).
Ahora me generaba ansiedad tenerla cerca de mi; y en mi cabeza me sentía igual que una histérica al repeler todo.
-Era solo que aquellos objetos, me hacían sentir que volverías y ciertamente, ese era el final. Nunca volverías a visitarme por las noches, ni a sorprenderme en pijama por las tardes de domingo.
Estaba en proceso de aceptarlo, pero simplemente aquello, nunca me hizo más sencillo el trabajo.-
Pensé en devolverla, pero en otro momento, el cual que no fuera tan reciente a la discusión que nos haría olvidarnos para siempre.
Sabía que aún te tendría que ver. Afortunada o desafortunadamente, ambos teníamos proyectos similares que, tarde o temprano terminarían por encontrarnos en algún lugar.
Así que guardaría tus cosas, y las devolvería cuando te viera una vez más...
Quizá estaba mal, quizá era lo mejor, ¿Y si mejor las donaba?
nunca lo sabría. Me estaba apresurando, me era necesario sacarte de mi vida, pero debía hacerlo en orden.
Lo peor ya había sucedido, y era tomar la decisión, que tu lo aceptaras y lo decidieras también; de esta manera sería un acuerdo mutuo y ambos tendríamos nuestro tiempo para sanar.
Me preguntaba como llenar ese vacío que sentía, me lo preguntaba una y otra y otra vez...
Lo peor no era eso, mi nuevo empleo me absorbía por completo al grado de no tener tiempo de ver a mis amigos, quienes sabían de mi profundo
31 de marzo de 2015
I'm OK
He dudado mucho en si escribir esto o no…
He dudado mucho acerca de si debo eliminar lo que me
recuerda a ti, cada noche se ha vuelto un infierno.
Imagino que tú duermes tranquilo, en tu tan apacible
aposento.
Ayer deseaba hacerte llegar en un murmullo cada una de las
razones por las cuales no he querido dejarte, cada uno de los pequeños hilos
que me ataban a ti, y repararlos, atarlos adornándolos con moños y trenzas,
para que lucieran como al principio.
Pero me di cuenta de algo, algunos estaban desgastados, tan delgados que su
nítido color rojo, se había tornado blanquizco y ya no podían resistir una
enmendadura por elaborada que fuese.
Recurrí a aquel lugar donde los árboles proveen de una
sombra que una vez nos miró complacida por la atracción de nuestros cuerpos,
corazones y sentimientos. Aquella sombra que apaciguaba nuestra estancia aquel
día de enero cuando todo nos salía tan bien…
Y aquellas risas de las cuales los árboles habían sido
testigo, emitidas al unísono, transmitiendo una armonía que anuncia que un
sentimiento crece y cree en la factibilidad del evento que se nos presentaba,
solo se tornaron en eco, de algo que no trascendió.
Luego recorrí aquel corredor que se encontraba lleno de
luces rojas verdes y amarillas, que alumbraron nuestro destino esa noche.
No existían más los destellos. Me encontré con los restos de
árboles que callaban secretos desde hacía años atrás. Había olvidado una parte
de mí en ese lugar, y no pude hallarla más.
Supe que debía construir un nuevo prototipo de mí, esta vez
más fuerte, esta vez más inteligente y más noble, más frío, más sencillo de
utilizar. No debía extraviar más piezas, pues casi había perdido la parte más esencial
de mi armamento: Mi cordura.
Con el paso del tiempo, había intentado cambiar piezas por
otras que no encajaban y así mismo, dañaban las entradas que habían sido
moldeadas para un paquete exacto, de algún tipo de psicodelia, compatible con
la mía claro.
Aquel día miré la luz del sol acariciando mi rostro en forma
de consuelo. Irónicamente, yo odiaba el calor, de modo que resultaban dolorosos
los rayos que además poseían un sabor rancio y polvoriento.
Necesitaba algo de agua y hielo, con eso la hinchazón de la
herida sería neutralizada.
Era una lástima que hasta ese entonces las únicas rocas de
hielo que conocía y tenían efecto sobre
mí eran las que tu tenías en tus manos.
Inquirí para mí misma: ¿Cómo una decisión podía causarme
tanto sufrimiento?, ¿Cómo era posible que deseara que una daga en mis entrañas
siguiera clavada en mi cuerpo, aún cuando me desangraba?, ¿Cómo podía ser una
buena decisión algo que me hacía querer estallar en llamas, que quemaba mi
garganta con una sed dolorosa?
Recordé las últimas palabras que dijimos al estar frente a
frente. Para esas alturas, los hilos que
nos sostenían flaqueaban, y amenazaban con romperse si se esbozaba una palabra
en falso.
Quisiera haberte podido decir que nunca había intentado ser
más feliz contigo que aquella racha después de que acudiste a buscarme de madrugada
con los ojos llorosos y temblando de frío. Nuevamente tus manos acariciaron mis
mejillas siendo el antídoto para las llamas que ardían en mi rostro, caían en forma
de lágrimas saladas y dolían; una a una.
A partir de ese momento, decidí no volver a mirar a nadie más, y lo hice. Cada noche ansiaba
llegar a casa y estar contigo, aunque fuera detrás de un monitor, pues
fuera del muro que representaba el mundo de ambos, tanto tu como yo
teníamos ocupaciones.
Desearía haberte dicho cada noche cuanto extrañaba aquel
tiempo en el que reíamos sin parar, como el día en que jugamos en el parque
hasta ensuciar nuestra vestimenta de recuerdos que flotaban en el aire, seguido
de una convivencia extraña que nos hacía perdernos en el tiempo y olvidar que
más personas se encontraban alrededor de nosotros. Como cuando conversábamos y
terceras personas se sintieron excluidas de nuestro entorno, que se asemejaba a
una burbuja en donde solo flotábamos tu y yo.
Recordé también aquel callejón en el que nos veíamos al caer la tarde, sin falta. Y aunque solíamos
platicar un tiempo muy corto, ambos nos sentíamos llenos por estar juntos.
Tal vez extrañaba más, que al recostarnos sobre la maleza de
algún lugar el sol que a ti y a mí nos desagradaba, solía meter sus narices en
medio de nosotros, irritando nuestros ojos; Dada esta situación, solo pensaba
en cubir tus ojos, en protejerte. Tu hacías lo mismo, de modo que ambos
permanecíamos cubiertos de sus rayos…
Desearía haber guardado ese aroma en una cápsula de tiempo,
y tal vez podrías recordar lo que sentías por mí en aquellos días cuando fuimos
uno mismo.
Todo tiene un tiempo de vida; asimismo nuestro amor se
apagaba con el paso de los días, a causa de corrientes de viento, que
debilitaron los cimientos construidos en las cenizas de una amistad que terminó
al comenzar a amarnos.
El contacto sexual, nos llevó a pertenecernos de alguna
forma, quizá por eso al disgustarnos, nuestro corazón se hacía añicos. Cometí
error tras error contigo. No sabía cómo tratarte, porque tampoco sabías como
tratarme a mí. Recuerdo tu ceño fruncido cuando te molestabas, y el sonido de
tu voz cuando decías que me amabas. Pronto ese sonido fue cada vez más tenue.
Continué guardando en mi corazón cada una de las cosas que
me lastimaban y nunca te las dije, en lugar de eso, hice sin querer cosas que
te lastimarían a ti.
Aún así, al transcurrir los días, me dí cuenta de que quizá
no fuimos nunca almas gemelas después de todo. Pasamos tiempo
lejos, y un hielo distinto
intentó sanar mis
heridas.
Marrón era
encantador, fue un buen amigo,
y secó mis lágrimas cuando tu
frialdad estuvo ausente.
Tu magenta hizo
lo mismo contigo, y no
pude evitar sentir
que se repetía
la historia…
Ambos nos escuchábamos
antes de unir
nuestros corazones. Nos divertíamos
mucho juntos, cantamos,
reímos sin parar, hicimos música con nuestros instrumentos
favoritos. No pude evitar sentir que volvía
a comenzar la historia con Magenta,
quizás por eso me
volví loca.
Perdóname.
Antes de ser atados
por hilos rojos,
también fuimos los mejores
amigos; y es
por eso que me
volví tan insegura…
Me ocurrió lo
mismo con Marrón, me daba
un respiro de aquel
dolor. Tanto que
intentó por mí que, su vida se
le escapaba de las manos.
Sin embargo
decidí que no quería entregarle
a él mi
cordura, puesto que no la
tenía en mis manos, la tenías
tú.
Día a día se
percataba de que
no podía amarle
igual que a ti.
Me preguntaba ¿Por qué te
prefería a ti.
Nada me hizo
sentir tan mal que
destruir su corazón en mil pedazos, pero estabas
tú sobre todo, y no
podía evitar sentir una
necesidad por esa
droga que hacía latir mis órganos vitales.
Creí que todo sería como
antes, siempre pensé
que éramos muy
similares, y demoré mucho en
darme cuenta de que
nunca fue así.
Mis errores fueron
garrafales, pero no comprendía
por que justo cuando había
cambiado todo eso, fuiste tú quien hizo pedazos mi corazón.
Cuando
comenzaste a extrañar más
la compañía de magenta
que la mía me dí cuenta
de que ya
no éramos más
aquellos jóvenes que se
divirtieron alguna vez jugando en
un parque. Ahora ella era tu
magenta y nuestra
burbuja comenzó a romperse…
No sabría contar
cuantas veces te despediste para
ir a dormir,
y continuaste platicando
con ella, por que
era tu nueva confidente, por que
realmente habían conseguido cultivar
una buena amistad
a base de confianza, tiempo juntos
y otras afinidades.
Todo eso, hasta un cierto
punto, traté de
comprenderlo hasta que
me volví loca
cuando supe que
lo ocultaste…
Eso me hizo creer
otras cosas, que la
preferías antes que a
mí, cuando yo te prefería antes
que todo el mundo…
Me sentía fea,
no supe quién era, hasta que
me ví convertida
en tu sombra , quien te seguía
por que te necesitaba y
a quien tu considerabas tu
musa por que era una
costumbre de ambos.
Me sentía pequeña por
que no me
sentía capáz de
competir con ella, debido a que efectivamente e había
equivocado en el pasado y tu
la describiste como la
persona más honesta y
buena amiga que nunca
tuviste. Sabía que en algún
momento yo llegué a significar eso para ti, y ya no lo era más-
Me retorcía en mi incertidumbre por que a pesar de que sabía
que me lo ocultabas, yo seguía intentando enamorarte… y es algo que jamás sabré
como hacer nuevamente.
Me invadía una profunda tristeza cada noche que hablamos y
tardabas tanto en responder, cuando antes le respondías a ella. ¿Qué cómo lo supe?,
Para esas alturas, efectivamente mis celos se
habían salido de control derivado de las mentiras y la desconfianza que
había descubierto, aunque no te hubiere mencionado nada al respecto.
Me sentí ahogada al no tener con quien hablarlo, y siendo
honesta, esa era la parte en la que solo marrón sabía darme un consejo.
Muchas veces lloró conmigo, a sabiendas, que yo no podía
estar tranquila, y quería por todos los medios volver a ocupar ese lugar que
ocupé en tu vida. Que fueras primero mie amigo, nuevamente, que me llenaras con
tu amor, como aquellos días bajo los árboles…
Creo que solo empeoré las cosas, me volví loca en mi dolor,
de lo que imaginaba. No quería que te fueras; Luego descubrí que no solo era
magenta, tus ojos, miraban a personas externas a mi por que ciertamente te
estabas cansando o eso percibí…
Mi cordura sugería que era un buen momento para darme por
vencida, puesto que cuando el amor se apaga por fracturas, es imposible
recuperarlo.
Me sentía demacrada frente al espejo, incapaz de enamorarte algún
día nuevamente…
Tu solías maravillarte por sus fotos, y solías hacérmelo saber,
nunca supe si fue sin querer, pero a fin de cuentas lo supe. No hubo nada que
me lastimara más que saber que no eras mío.
Y al fin comprendí que siempre habíamos sido diferentes.
La amistad que yo extrañaba, nunca fue amistad, de lo
contrario no se habría roto al iniciar nuestra relación. La amistad se alimenta
día con día al igual que una planta. Organismo pluricelular que se había
marchitado desde la primera vez que intercambiamos insultos y rompimos en
llanto uno por el otro.
Las cosas que tuvimos en común terminaron en cuanto se
volvió una rutina, llegar, e ir juntos al parque, al preguntarnos lo mismo,
cada mañana, al enviarnos un mensaje de texto siete días a la semana, sin algo
que destacara. Me incluyo.
La persona a quien yo conocí (tú) cambió cuando comenzó a
darse cuenta de que detrás de nuestros muros, había otros mundos y decidió
explorarlos. Me pregunto ¿Qué hubiera sucedido si ante la ley hubiéramos unido
nuestras vidas a escondidas cuando decidimos usar nuestros anillos que representaron
nuestro compromiso?
Con el tiempo dejaste de utilizarlo por que dudabas si
realmente querías compartir tu vida conmigo.
Lo que nunca pude comprender fue: ¿Por qué continuabas
diciendo que me amabas?
Si tus actos mostraban lo contrario una y otra vez.
Y no quería dejarte hasta que mis ojos fueron abiertos. Fue
el día en el que un buen amigo expresó: “El no va a cambiar…”.
Entonces reparé cada uno de mis cabellos desaliñados. Decidí
que ya no tenía por que continuar bebiendo de mis propias lágrimas. Quizá debía
pagar por lo que le hice
a Marrón así que le
ofrecí una disculpa.
Para mi sorpresa,
sus ojos
resplandecieron nuevamente, y
su sonrisa me mostró
una alegría inmensa de
volver a verme.
Pronto un destello de
luz se asomó
desde la oscuridad a lo
lejos y comencé
a beber rayos
de sol que
ahora sabían a té
de canela con manzana, en medio del invierno.
No intenté buscar
un consuelo en sus brazos. Por
que ese consuelo
solo vendría con el
paso del tiempo, simultáneamente al
sanar mi corazón. Proceso que se
aceleraba con su alegría y me di cuenta
de que no tenía que dolerme toda
mi vida. Me enseñó a abrazar la verdad y a soltar todo lo anterior. Cada día… de a poquito.
Volvió mi mejor amigo y nada trajo más paz que lo que fue
postrero a aquel suceso.
Puse en orden cada pila de libros que había desordenados en
mi vida.
Los ordené cronológicamente, y me deshice de las hojas secas
que se yacían en la puerta de aquella entrada que daba paso a un nuevo
amanecer. Y así decidí perdonarme
también, dejar en paz la vida de magenta y pedir también por ella. Para
sanar mi
corazón.
Despertaba cada vez menos en las noches, hasta que pude dormir
con la luz apagada, como una niña pequeña.
Apartir de aquí, sellaré ese recuerdo.
TE PERDONO. ME PERDONO.
Dios te bendiga y te proteja en donde quiera que vayas
Dennis.
Con aprecio: Anna.
27 de octubre de 2014
Marrón
Eran las 3:30 de la tarde de un día miércoles.
Aquellos días en los que el sol resplandecía y el calor abrazaba cada rincón de la ciudad, hasta volverse insoportable.
Ciertamente aquel era un día distinto, en el que el viento soplaba de manera sutil sobre la espesura de los árboles que callaban varios secretos, desde hacía varios ayeres.
No sé que fue más extraño;
Que aquel día no tropezara, o escuchar tu bello nombre en Hebreo, proveniente del mismo ángel que fuere valiente y noble, igual de determinante y humilde que tú.
No sé si fue más extraño que al conocerte perdiera el aliento, o tu instinto de protección repentino hacia mí. No sé si fue coincidencia encontrarte cuando NO te buscaba o haber caminado varias veces tan cerca de tí sin saberlo en el pasado.
Todo comenzó con un Hola, Seguido de tu carisma abrumadora, y tus ojos color marrón oscuro. Tu complexión diseñada para mirarme, como quien mira un lago en el horizonte, ni tan arriba, ni tan abajo.
O quizá todo comenzó al verte levantar tus manos adorando al Soberano, quien fuere testigo de mi amor por tí. Amor que crecería con el paso del tiempo y que callaría para poder convertirme en tu ayuda idónea sin que lo supieras, pues había puesto los ojos en quien sufría por alguien más.
Ni así reconocía que me agradabas. más que agradarme, creo que te quería más allá de lo que se quiere a un amigo.
Y hacías honor a tu nombre, yo sabía que Dios era tu fuerza, más que levantar tus manos, o mover los dedos sobre una guitarra eléctrica sabía que tu misión es y sería alabarle.
Hacías todo tan bien, cumplías tan bien tu papel de abrigarme, de cuidarme, de escucharme cunado tenía el corazón roto por aquella decepción recurrente.
Me enamoré de tu voz grave, hermosa, de tu risa irónica y discreta, de tu forma tan sutil de decir que me quieres.
No sé que fué más extraño, escuchar tu nombre que nunca conocería si no fuera por tí, o el que me obligaras con tu hermosa sonrisa a ser asquerosamente cursi de forma involuntaria.
No sé que es más hermoso, escucharte hablar u observar tu forma peculiar de vestir, tan varonil y sencilla, tan casual y atractiva.
No sé que fué lo que me cautivó, escucharte decir que me querías para siempre, o la manera en que dices:
"Escúchame nena, confía en mí o te haré enojar o llorar, tal vez reír, pero algo va a pasar..."
12 de julio de 2014
Metáfora
Estoy sentada observándote desde lejos
Adivinando el misterio que se encuentra en tus ojos
Resolviendo el problema que representas
Igual que la noche, oscuro es este camino.
No se si sea mi destino.
Nunca lo entenderías
Por que no me conoces
Conocerte más o dejarte ir
es como lanzar una moneda al aire
que en la fuerza encuentro respuesta.
Como una metáfora
Así es este juego.
Conozco la cara o la cruz
Un segundo en el que sé
cual deseo que caiga.
Lo cierto es que hay una diferencia
entre lo que se quiere y lo que conviene.
Hay que ser sabio para tomas decisiones
y valiente para sostenerlas.
No hay que estar calvo para ser sabio.
Ni ser un doctor para sanar herida.
Pero hay que ser fuerte para soportar
lo que no se desea escuchar...
Adivinando el misterio que se encuentra en tus ojos
Resolviendo el problema que representas
Igual que la noche, oscuro es este camino.
No se si sea mi destino.
Nunca lo entenderías
Por que no me conoces
Conocerte más o dejarte ir
es como lanzar una moneda al aire
que en la fuerza encuentro respuesta.
Como una metáfora
Así es este juego.
Conozco la cara o la cruz
Un segundo en el que sé
cual deseo que caiga.
Lo cierto es que hay una diferencia
entre lo que se quiere y lo que conviene.
Hay que ser sabio para tomas decisiones
y valiente para sostenerlas.
No hay que estar calvo para ser sabio.
Ni ser un doctor para sanar herida.
Pero hay que ser fuerte para soportar
lo que no se desea escuchar...
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