Los días pasaban y muy de prisa para ser sinceros; había podido permanecer los primeros dos meses al lado de Isaac. Cada vez discutíamos menos, y cuando lo hacíamos, era por nuestros temperamentos.
Ciertamente yo no era una persona muy tolerante, me enojaba fácilmente y más aún por que había ocasiones en las que se ponía a gritarme sin ninguna razón, no podía quedarme callada...
Para la segunda mitad del primer año de secundaria, ya pasábamos la mayor parte del tiempo juntos
En muchas ocasiones me estresaba que pretendiera ser mi "guardaespaldas", ya que pásabamos mucho tiempo juntos. Para estas alturas, la mitad del salón creía que salíamos, y el resto que eramos alguna clase de "amigos con derecho". Isaac sonreía a los rumores. Yo siempre lo negaba, argumentaba que no me parecía lindo, aunque no me había percatado en el tiempo que llevaba tratándolo, de que en realidad el era el chico más asediado de la escuela.
Siempre lo había visto como una persona irritante, molesta. Y aunque habíamos conseguido llevarnos bien por una u otra cosa siempre acabábamos peleando verbalmente.
Se habían vuelto normales aquellos comentarios de que parecíamos gustarnos, bueno, para aquel tiempo, ya era un hecho, según mis compañeros.
Mi amiga, Karen, había comenzado a dudar de la credibilidad de aquellos rumores, así que solía pregunatrme si Isaac me gustaba, obviamente mi respuesta era siempre una negativa, aunque varios compañeros habían inquirido ya varias veces lo mismo... comenzaba a dudar.
El era un chico guapo.
Era alto, de tez blanca y unos enormes ojos color miel adornados con unas lárgas pestañas curvas.
sus cejas eran un tanto pobladas, perfectamente alineadas. Sus labios eran de un tono rosa pálido, bastante claro y su cabello era de un café tenue.
Siempre vestía impecable, por supuesto y su ropa permanecía impregnada por una fragancia que para mí se había vuelto inconfundible.
Él sí me gustaba.
En muchas ocasiones me estresaba que pretendiera ser mi "guardaespaldas", ya que pásabamos mucho tiempo juntos. Para estas alturas, la mitad del salón creía que salíamos, y el resto que eramos alguna clase de "amigos con derecho". Isaac sonreía a los rumores. Yo siempre lo negaba, argumentaba que no me parecía lindo, aunque no me había percatado en el tiempo que llevaba tratándolo, de que en realidad el era el chico más asediado de la escuela.
Siempre lo había visto como una persona irritante, molesta. Y aunque habíamos conseguido llevarnos bien por una u otra cosa siempre acabábamos peleando verbalmente.
Se habían vuelto normales aquellos comentarios de que parecíamos gustarnos, bueno, para aquel tiempo, ya era un hecho, según mis compañeros.
Mi amiga, Karen, había comenzado a dudar de la credibilidad de aquellos rumores, así que solía pregunatrme si Isaac me gustaba, obviamente mi respuesta era siempre una negativa, aunque varios compañeros habían inquirido ya varias veces lo mismo... comenzaba a dudar.
El era un chico guapo.
Era alto, de tez blanca y unos enormes ojos color miel adornados con unas lárgas pestañas curvas.
sus cejas eran un tanto pobladas, perfectamente alineadas. Sus labios eran de un tono rosa pálido, bastante claro y su cabello era de un café tenue.
Siempre vestía impecable, por supuesto y su ropa permanecía impregnada por una fragancia que para mí se había vuelto inconfundible.
Él sí me gustaba.