Las ilusiones se desvanecen de mi designio.
Buscaba silenciar mi pesar al esbozar una sonrisa
Buscaba eludir mi desdicha ensimismando mi entorno con falaz alegría.
Emerges de mi somnolencia utópica,
tan febril y vivo que parece más real que la vida misma.
En medio del sopor oscuro y vago de mi mente surge tu alucinante figura.
Más parecida a algo prohibido, más parecida a un afán lascivo.
Tan pérfido, vil y cruel como recordaba.
Aquellas noches de desahucio y fruición eran los polos más opuestos que jamás conocí.
El dolor de tus besos, y el torturante ardor vehemente de tus caricias
Tu intimidad corrompiéndome, en simultaneidad con el fulgor de mi deseo
me hacían sedienta del calvario de tus pasiones, de mi desdicha y fascinación.
Y hoy deseo proyectar desagravio, desvincular mi memoria de aquel tormento
de mi adepción a la anfetamina de tus labios, al candor de tus ojos,
a la perversidad de tu alma.
Hoy desvanezco en la penumbra de la luz, en el precipicio del olvido...