Quizá, después de todo, era yo quien lo percibía así.
Apenas la noche anterior te envié aquella carta que quizá nunca leas; después de todo esa era mi última despedida para ti.
Aunque no podía creerlo, estar lejos de ti (a pesar de ser la mejor decisión que habíamos tomado en mucho tiempo) me resultaba asfixiante por que aún cuando por momentos me hacías enojar, me había acostumbrado a ti: a tus vasos de agua matutinos, a tus malas comidas, tus horas de sueño al aroma de tu perfume, a tus mensajes de buenas noches y hasta a tus desplantes.
Por mucho tiempo me sentí culpable como si el peso de aquel lazo roto cayera sobre mí.
Esta vez fue distinto, no llamaste para retractarte, no enviaste más mensajes; dijiste que mejor era continuar con nuestras vidas y honestamente me era difícil acostumbrarme a un mundo en el que no existía Dennis.
Me ahogaba en lágrimas por las noches y mi ansiedad me hacía pensar en llamarte e ir corriendo hacia ti.
Comprendí que aquel era un tiempo en que ambos debíamos crecer. Yo te amaba, y te amaría hasta que pudiera cerrar del todo aquel capítulo de mi vida, aquel oscuro ciclo.
Cada noche pedía por ti, amado Dennis, para que fueras iluminado, y así lo haría hasta que estuviera segura que de ambos habíamos sanado. Hasta que no me dolieras más.
Debía arreglarmelas para deshacerme (por las buenas) de todas las cosas que aún conservaba de ti...
Conservaba tu única chaqueta para los tiempos de frío; aquella que no quise devolverte por pensar que la compartiríamos (...) (ya sé que suena estúpido).
Ahora me generaba ansiedad tenerla cerca de mi; y en mi cabeza me sentía igual que una histérica al repeler todo.
-Era solo que aquellos objetos, me hacían sentir que volverías y ciertamente, ese era el final. Nunca volverías a visitarme por las noches, ni a sorprenderme en pijama por las tardes de domingo.
Estaba en proceso de aceptarlo, pero simplemente aquello, nunca me hizo más sencillo el trabajo.-
Pensé en devolverla, pero en otro momento, el cual que no fuera tan reciente a la discusión que nos haría olvidarnos para siempre.
Sabía que aún te tendría que ver. Afortunada o desafortunadamente, ambos teníamos proyectos similares que, tarde o temprano terminarían por encontrarnos en algún lugar.
Así que guardaría tus cosas, y las devolvería cuando te viera una vez más...
Quizá estaba mal, quizá era lo mejor, ¿Y si mejor las donaba?
nunca lo sabría. Me estaba apresurando, me era necesario sacarte de mi vida, pero debía hacerlo en orden.
Lo peor ya había sucedido, y era tomar la decisión, que tu lo aceptaras y lo decidieras también; de esta manera sería un acuerdo mutuo y ambos tendríamos nuestro tiempo para sanar.
Me preguntaba como llenar ese vacío que sentía, me lo preguntaba una y otra y otra vez...
Lo peor no era eso, mi nuevo empleo me absorbía por completo al grado de no tener tiempo de ver a mis amigos, quienes sabían de mi profundo
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